A finales de 2007, tuve la oportunidad de realizar un estudio cualitativo sobre la violencia en la programación televisiva y su impacto en niños, niñas y adolescentes (NNA). Este estudio fue auspiciado por la Corporación Participación Ciudadana yel Instituto Nacional de la Niñez y la Familia (INNFA) del Ecuador.
El reto de incursionar en este ámbito resultó muy atractivo, tanto a nivel profesional como
personal. Profesionalmente, fue un honor poder colaborar en el Proyecto de establecimiento de acuerdos y compromisos para la disminución de la violencia en la programación televisiva nacional, que llevaban adelante estas dos instituciones.