La polémica por la implementación de la ley de Educación Sexual Integral (conocida como ESI) no cesa. El tema ha tomado mucha relevancia en la agenda pública y, salvo algunas escasas excepciones de funcionarios vinculados a la gestión educativa, la agenda política está claramente más preocupada por otras cuestiones.
Mientras tanto, los padres de hijos en edad escolar, maestros, funcionarios, sindicatos, grupos religiosos y sociedad en general atraviesan las aulas, las salas de reuniones, las clases de catequesis, las celebraciones religiosas, las calles y los grupos de WhatsApp en un debate cada vez más polarizado